6 de diciembre de 2013

El reciclado de los residuos electrónicos permite recuperar minerales y materiales escasos (cuya obtención genera, a su vez, más daño ambiental) y reduce el impacto que genera la degradación de estos residuos en basurales comunes.
La basura electrónica constituye la porción de los residuos sólidos urbanos que más creció en las últimas décadas. Principalmente, por la constante innovación tecnológica, que posibilitó que tecnologías que al principio eran caras y orientadas a un público especial y reducido, sean hoy baratas y fácilmente utilizables en la vida cotidiana.
Los residuos electrónicos que terminan en basurales o rellenos sanitarios sin una adecuada gestión contaminan el suelo, las napas de agua, el aire y afectan la salud de las comunidades vecinas. Por otra parte, se derrochan miles de recursos que pueden recuperarse.
Es por todo lo mencionado y mucho más que es importante difundir lo ocurrido ayer en Bodegas Chandon, donde  alumnos de 15 instituciones mendocinas recibieron  premios por participar en un programa  educativo-ecológico.
Los alumnos recibieron kits de juegos didácticos realizados con residuos electrónicos. Estos juegos hechos con pedazos de computadoras viejas forman parte de la propuesta que desarrolla Reciclarg, una empresa dedicada a recolectar y a dar un nuevo uso a la chatarra.
El reciclado de los residuos electrónicos tiene un doble impacto positivo:
1) Permite recuperar metales o materiales (silicio, plásticos, oro, plata, cobre, etc.) que son cada vez más escasos y cuya obtención, a través de la minería, genera un alto impacto ambiental.

2) Se reduce el impacto que estos residuos generan en el ambiente al degradarse en basurales, contaminando napas y suelos.