21 de mayo de 2013

Las pilas son altamente contaminantes ya que siempre contienen algún material peligroso en su interior como el Mercurio, el Zinc, el Cadmio y el Níquel (dependiendo del tipo de pila). 


Si tiramos las pilas a la basura común, estas sustancias pueden ser absorbidas por la tierra filtrándose hacia los mantos acuíferos y de éstos pasar directamente a los seres vivos, entrando con esto en la cadena alimenticia. Estudios especializados indican que, por ejemplo, una micropila de mercurio puede llegar a contaminar 600.000 litros de agua. Por lo tanto una vez cumplida su vida útil es muy importante su reciclaje.
¿Qué consejos te damos?
Siempre, lo primero evitar el uso de pilas lo más posible.
En caso de necesitar pilas, utiliza las pilas recargables, estas tienen una vida útil mucho mayor a la de una pila primaria.

Compra pilas de buena calidad. Una pila barata, en general, tiene una menor vida útil que una de buena calidad, con el agravante de estar elaborada bajo un proceso más contaminante.


¿Cómo se recicla una pila?
El proceso de reciclaje de pilas comienza separando el material peligroso de los demás materiales que contiene una pila. De esta manera, se recicla un residuo peligroso y se evita que pueda contaminar el medio ambiente y perjudicar la salud de las personas. Una vez separado el material peligroso, las pilas son trituradas mecánicamente, obteniéndose residuo férrico y no férrico, papel, plástico y polvo de pila. Los cuatro primeros insumos, o sea, el residuo férrico y no férrico, papel, plástico se valorizan directamente. El polvo de pila sigue diferentes procesos para recuperar los metales que contiene.

¡Próximos pasos!
Las pilas sucias y contaminantes existen porque nosotros las seguimos comprando. Que se dejen de vender depende solo de nosotros. Antes de volver a comprar una pila, pensá en este dato: Por cada pila que se tira, se puede llegar a contaminar la misma cantidad de agua que consumiremos en toda nuestra vida.