17 de agosto de 2013

Los mendocinos producimos un kilo y medio de basura electrónica por año, un kilo menos que el promedio nacional.

Una empresa mendocina es pionera en el reciclado y puesta en valor de basura electrónica y chatarra tecnológica, también llamada RAEE. Aquellos equipos eléctricos o informáticos que quedan obsoletos con tanta rapidez son el objetivo de esta empresa que hace del reciclaje su principal modelo de negocio, sin dejar de lado el pregón y la capacitación permanente por la toma de conciencia en el cuidado del medio ambiente.   

Reciclarg es una empresa mendocina que empezó a tomar forma en 2008 aunque recién en 2010 instaló su planta. El negocio pasa principalmente por el reciclaje de basura electrónica. Para ello se ha dividido la empresa en cuatro unidades: recolección, producción, concientización y reutilización o comercialización. El método de trabajo es simple: van a las empresas (que son sus principales clientes por un tema de logística y eficiencia), y recolectan la basura para llevarla a la planta. Luego separan los materiales en partes componentes, de acuerdo con diferentes parámetros.

Reciclarg trabaja con los residuos en la "línea de grises", que comprende elementos como monitores, celulares, impresoras, fotocopiadoras, teclados, mouse, escáneres, etcétera. El método consiste en establecer contacto con empresas que suelen tener recambios tecnológicos para coordinar el relevamiento y luego efectuar la recolección de los residuos resultantes y el traslado a la planta para su desmantelamiento. Bancos, bodegas, supermercados, empresas informáticas, medios de comunicación forman parte de la cartera de clientes.

Estas empresas tienen un pasivo electrónico que les está ocupando lugar y Reciclarg contribuye a liberar el espacio a la vez que impide la contaminación ambiental evitando que esos objetos terminen en vertederos a cielo abierto. Para las empresas estas acciones se traducen en una imagen positiva frente al la Responsabilidad Social Empresaria además de favorecer el cumplimiento de las normas ISO 9000 completando la trazabilidad de estos elementos.

Los equipos pueden reutilizarse, por lo general equipos Pentium IV en adelante, se llevan al departamento técnico, donde se ensamblan nuevas computadoras y se insertan en el mercado para aquellos clientes que necesiten este tipo de tecnología y no tienen acceso por el tema de los elevados costos. 

Los otros equipos que quedan obsoletos porque no poseen un software o un hardware adecuado se desarman y tienen como destino diferentes industrias tanto en el mercado nacional como internacional.

No aceptan pilas, baterías, tóner ni cartuchos porque en la Argentina y Sudamérica no hay un aplanta de tratamiento de baterías sino que deben enviarse al exterior. 

El grupo de trabajo está comprometido con el objetivo principal de la empresa que es disminuir la contaminación. La sustentabilidad es la prioridad en las políticas de Reciclarg a quien le interesa que las empresas y la comunidad se involucren, contribuyan y se responsabilicen en la temática. La misión de esta empresa es disminuir la basura electrónica en el territorio provincial y nacional, para contribuir con el mejoramiento del medio ambiente, generando una alternativa para el tratado de los residuos electrónicos contribuyendo al bienestar integral de la sociedad.

Los empresarios tímidamente se están asomando al mundo del reciclaje y el compromiso con el medio ambiente. Hay muchas empresas grandes que sí vienen desarrollando un poco más el tema. En Mendoza no hay una legislación sobre este asunto, en cambio sí en Buenos Aires. Debido a ello es un poco difícil convencer al empresario. Pero a través de la capacitación intentan concientizar a este sector para que se inicien en la actividad y se den cuenta de los problemas que genera la contaminación.

El problema de los residuos electrónicos es que no hay una ley específica que lo contemple. Es necesario categorizarlo como un residuo especial ya que no alcanza a ser un residuo peligroso. Ocurre que mientras la computadora está en casa no es un residuo peligroso, el problema comienza cuando es descartada y toma contacto con el agua en un vertedero a cielo abierto, allí se corroe, entra en un proceso de lixiviación y esto es altamente contaminante.

Se calcula que extraen unas dos toneladas de plástico y unas 7 u 8 toneladas de metal al mes. Por su parte, los circuitos impresos son destinados a la exportación. 

Los empresarios o particulares que estén interesados en comenzar a reciclar o que quieran desprenderse de basura electrónica pueden contactarlos a través de su sitio web: www.reciclarg.com, o pueden contactarse vía telefónica al 4219497 o el correo electrónico: info@recilarg.com